Ayer encontré en un mercadillo (Remar, para más señas…) un libro que es una joya: La biografía de la homosexualidad, de Helmuth Von Sohel (1964). Este libro comienza con una cita del Levítico (XX, 13): “Si uno se acuesta con otro como se hace con una mujer, ambos hacen cosa abominable y serán castigados con la muerte; caiga sobre ellos su sangre”.
El texto tiene como objetivo el informar al público de una de las lacras de la Humanidad (sic. Sí, así con mayúsculas) que ha sido sibilinamente silenciada: la homosexualidad. Dice von Sohel: “Hablar de tales lacras, ponerlas al descubierto es no sólo conveniente sino necesario; es un deber para con la sociedad, de prevención y advertencia”.
Menos mal que, ya en el prólogo, nos advierte el autor de que es un libro en el que no hay pornografía; ya mi mente calenturienta estaba anticipando explícitas imágenes de sodomía y lesbianismo.
Von Helmut lo dice todo tan bien que voy a pasar a poner fragmentos de su obra, que no tiene desperdicio.
“Los más famosos criminologistas están acordes en señalar al homosexual como a un enfermo de índole peligrosa, y esta condición la recogen los Códigos Penales de casi todo el mundo”.
“La homosexualidad es, pues, algo más que un vicio o una enfermedad secreta, ya que tiene proyecciones criminales. ¿Quién pretenderá entonces que se silencie su existencia, sus condiciones de desenvolvimiento, sus características y peculiaridades?... ¿Quién puede permanecer impasible mientras aumenta de día en día en número de las víctimas?...”.
“El peligro del poder de captación de los homosexuales queda bien patente por el hecho de que mentes privilegiadas, filósofos como Platón y Sócrates, escritores como Wilde, Lord Byron, Shakespeare y Gide, entre otros, hayan proclamado –abierta o enmascaradamente- su profesión a este vicio.
La sociedad necesita defenderse y tiene derecho a ello. Ha de defenderse de los criminales de toda clase y también de los viciosos que pueden minar los mismos cimientos en los que se basa su propia existencia. Por lo tanto, se impone la conveniencia y la urgente necesidad de ilustrar al público sobre algo tan poco conocido como es la homosexualidad”.
“Es indudable que un libro semejante encontrará alabanzas pero también hallará detractores. Estos últimos figurarán –probablemente- entre aquellos que poseen el mismo turbio espíritu de los vituperados fariseos, capaces de observar el formulismo de la ley pero no su esencia, o el de los acusadores de Friné, o el de cuantos temen verse retratados o descubiertos y quieran que siga existiendo un velo tupido sobre sus torpes deseos, para así poder campando a sus anchas en el seno de una sociedad que, despreciándoles e incluso castigándoles, no consigue hacer que desaparezcan”.
Bien, tengo un turbio espíritu entonces. Estas joyas salen solamente del prólogo del libro. Estoy deseando leer los capítulos sobre hermafroditismo y lesbianismo.
Creo que he hecho un bien retirando este libro del estante de ese sitio. También he recuperado un libro que sobre el aborto, escrito en 1975 por dos señores muy importantes de la Universidad de Navarra.
Yo me lo compré ayer, te ruego que leas el principio de Teoría actual, hay una frase que es demencial.
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