Estudiando últimamente sobre la interseccionalidad como marco que posibilita una ética global de la responsabilidad me he encontrado con un concepto nuevo que me ha llamado mucho la atención: el kiriarcado.
Kiriarcado es un neologismo acuñado por Elisabeth Schussler Fiorenza en su libro But She Said: Feminist Practices of Biblical Interpretation (Boston, Beacon Press, 1992). Schussler Fiorenza pretende redefinir la categoría de patriarcado en términos de estructuras de dominación múltiples y relacionales. El patriarcado hace referencia a un sistema en el que las mujeres están oprimidas por los hombres; el kiriarcado es una compleja red de opresiones y privilegios que se refuerzan y oscurecen unas a otras.
La idea que transmite el kiriarcado está relacionada con la interseccionalidad porque subraya
las relaciones
de privilegio y de poder que se esconden tras las dicotomías
tradicionales de opresión. Existimos como sujetos en
una compleja matriz de privilegios y subordinaciones en la que entran en
juego numerosas categorías que nos configuran: edad, raza, color de
la piel, casta, etnicidad, género, expresión de género,
nacionalidad, ascendencia, clase socioeconómica, sexualidad,
capacidad, corporalidad, peso, ciudadanía, religión, idioma,
cultura, localización geográfica, posición social, etc.
Mientras que el término patriarcado sólo evidencia las relaciones de subordinación existentes entre hombres y mujeres, el kiriarcado pretende proporcionar un marco de comprensión para los múltiples sistemas de opresión, dominación y subordinación. Es por esto que me parece un concepto interesante para integrar diferentes luchas y hacer frentes comunes antisexistas, antirracistas, anticapitalistas, antiespecistas y un largo etc.
Hola Herramientas Transfeministas,
ResponderEliminar¡...vaya nombre de Drag que tienes, es larguísimo de ovarios de pronunciar!
Bueno, en serio : muchísimas gracias por la reflexión, a mi me encanta el termino porque deja en evidencia también a las mujeres que participan del sistema patriarcal y lo reproducen, de tal modo que podemos quitar la connotación sexuada del patriarcado (pater) y centrarnos sobre su emanación de poder.
Por otro lado, siendo de origen teológica, el termino denuncia la transformación de Jeshua el judío en figura imperial o divina, proceso que contaminó de pleno la reforma espiritual que el nazareno pretendía llevar al pueblo y a los pobres, con lo cual también me encanta.
¡Gracias!