22.11.11

La Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana - Olympe de Gouges

La petición de las mujeres en 1789 no fue ni mucho menos escuchada, y aún dos años después Olympe de Gouges seguía haciendo la misma reivindicación en su Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana

Olympe de Gouges, dramaturga instruida e inteligente, considerada demasiado fantasiosa y extravagante, politizó sus obras con la llegada de la revolución. Escribió pidiendo talleres para los desocupados, un impuesto voluntario sobre la riqueza, mejores condiciones de los hospitales de maternidad y contra los privilegios de los aristócratas, aunque su posición política fue la de apoyar la monarquía constitucional.

 Una lectura de la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, nos muestra un uso sexista del lenguaje. Al recibir esta Declaración, las mujeres, acostumbradas a no oír hablar de las mujeres, pensaron que el término “hombre” era un plural en el que ellas podían estar incluidas. Más tarde, no mucho más tarde, se dieron cuenta de que “hombre” y “ciudadano” significan exactamente lo que está escrito. Aún hoy, las mujeres seguimos pensando que cuando leemos “hombre” se está hablando de “persona” o de “ser humano” y sentimos que esa palabra nos representa. Quizá deberíamos atender a esta Declaración para darnos cuenta de que cuando se dice "hombre", se reprensenta sólo al sujeto masculino. 

De Gouges, en su texto, repite casi literalmente algunas frases de la Declaración de los hombres (como la frase: “Las diferencias sociales no pueden tener otro fundamento que la utilidad común”) para hacer hincapié en el hecho de que las mujeres no estaban icluídas en la otra declaración. Las mujeres no eran consideradas miembros del cuerpo social, y los derechos no se les aplicaban.

Olympe de Gouges, para hacer visibles a las mujeres que se habían quedado fuera de ese supuesto universal “hombre”, se refiere constantemente a los hombres y las mujeres, juntos, cuando no se refiere solamente a las mujeres.


En el Preámbulo de su texto, Olympe de Gouges nos dice que la desigualdad de los sexos va contra naturam, y considera que es irracional que el hombre actúe como un déspota con un sexo que está en la plena posesión de sus facultades intelectuales. En los artículos, De Gouges pide por la igualdad de los derechos ante la ley, en cuestiones cívicas y en cuestiones de impuestos y propiedades.

El artículo décimo contiene la frase más célebre de la Declaración de De Gouges: “Nadie debe ser molestado por sus opiniones incluso fundamentales; la mujer tiene el derecho de subir al cadalso; debe tener también igualmente el de subir a la Tribuna con tal que sus manifestaciones no alteren el orden público establecido por la Ley”. Pide aquí por la libertad de expresión para las mujeres; por el derecho a poder manifestar sus opiniones, incluso las políticas, en público; por el derecho a poder hacer uso de una voz femenina que ha sido siempre acallada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario