Suzanne Kessler completa, junto a Alice Dreger y Anne Fausto-Sterling, mi tríada maravilla de autoras sobre intersexualidades. Kessler, también feminista, estudia la intersexualidad desde una perspectiva psicológica, y la enmarca en sus análisis sobre la construcción cultural del sexo y del género.
Ya en 1978 Kessler, junto a Wendy McKenna, afirmaba en su libro Gender: An Ethnomethodological Approach la construcción cultural del sexo. Kessler y McKenna insisten en que el sexo, lo que se ha considerado como biológico, es tan construido como el género. Las partes del cuerpo se ven como dicotómicas y esencialmente masculinas o femeninas, pero esta visión está construida ya socialmente. Las asunciones científicas sobre el sexo están marcadas socio-culturalmente.
Kessler, además, ha escrito numerosos artículos sobre intersexualidades, así como el libro Lessons from the Intersexed. Ninguno de ellos está traducido.
Kessler, en su texto “Meanings of gender variability”, indica tres razones por las cuales se realiza la cirugía genital infantil: porque salva vidas, porque mejora la calidad de vida y porque satisface necesidades sociales. Para Kessler, esta última razón aparece demasiado a menudo unida a las otras dos razones. Además, dice, es una hipótesis no probada: no se han realizado estudios que confirmen que los genitales “erróneos” o con “mal aspecto” conlleven consecuencias psicológicas fatales. Hoy en día, no se pueden hacer predicciones sobre el impacto de crecer con genitales ambiguos. Kessler se pregunta: no pudiendo predecir, ni para bien ni para mal, ¿se debe continuar satisfaciendo la necesidad de los progenitores de tener un/a hijo/a presentable? Las niñas y los niños deben llevar el fardo de ser aceptados o no, pero nunca se cuestiona que sean las madres, los padres, la clase médica, la sociedad, quienes acepten los genitales ambiguos.
Fausto-Sterling, en Cuerpos sexuados, se hace eco de una nueva fórmula ideada por Kessler "para anunciar el nacimiento de un bebé XX afectado de hiperplasia adrenocortical congénita: «Felicidades. Tienen ustedes una hermosa niña. El tamaño de su clítoris y sus labios fusionados nos indican un problema médico subyacente que podría requerir tratamiento. Aunque su clítoris es de talla grande, sin duda es un clítoris... Lo importante no es qué aspecto tiene, sino cómo funciona. Es una niña con suerte, porque sus parejas sexuales lo tendrán fácil para encontrar su clítoris»" (Fausto-Sterling, Cuerpos sexuados, Melusina, p. 118).
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