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26.12.12

Historia trans: Einar Wegener / Lili Elbe


     Magnus Hirschfeld, sexólogo alemán, judío y homosexual, fue activista por los derechos de los homosexuales y, además, uno de los primeros médicos en realizar operaciones de reasignación de sexo a personas transexuales, sobre todo MtF[1]. Hirschfeld señala que la primera operación de reasignación sexual se realizó en Berlín en 1912, aunque fue incompleta[2]. Más tarde, Hirschfeld realizó alguna de las operaciones de cambio de sexo a Einar Wegener/Lili Elbe. Einar Wegener nació en Dinamarca en 1882 y fue asignado al sexo masculino tras su nacimiento. Vivió la mayor parte de su vida como hombre, siendo un pintor reconocido, casado con la también pintora Gerda Wegener. La historia de Einar/Lili es uno de los primeros casos documentados de cirugía de reasignación sexual. Einar comenzó a travestirse para posar para Gerda, que necesitaba modelos femeninas. Poco a poco, fue pasando más y más tiempo como mujer y se presentaba socialmente como la hermana de Einar.
         Dos veces fue diagnosticado como homosexual. Después, fue diagnosticado como intersexual: tenía rudimentarios órganos sexuales femeninos y altas cantidades de estrógenos en sangre. Viajó a Alemania para someterse a cirugías de reasignación de sexo. Tras cuatro cirugías, ya viviendo como Lili Elbe, el rey de Dinamarca invalidó su matrimonio con Gerda. Lili planeó volver a casarse tras la quinta cirugía, una vaginoplastia, pero no pudo celebrar su boda: murió por problemas cardiacos, seguramente derivados de las operaciones anteriores.
         La historia de Einar/Lili se recoge en Man Into Woman, el primer documento parcialmente autobiográfico de una persona MtF, que se basa en cartas de Einar/Lili y partes de su diario. Esta biografía, editada en 1933, fue uno de los primeros escritos que sostenían que había hombres que creían ser mujeres pero que no eran homosexuales. De hecho, muestra el deseo sexual de Einar como diferente del de Lili: cuando era Einar, estaba felizmente casado con Gerda, sin embargo, cuando pasa a ser Lili, su deseo sexual se dirige hacia los hombres. Además, este texto es considerado como importante en la historia de la sexualidad porque separa la orientación sexual de la identidad de género[3].


         Sandy Stone, pese a valorar que se trata de un documento en parte autobiográfico, critica duramente este texto en The Empire Strikes Back[4]. Considera que refuerza los roles de género binarios. Muestra a Einar como un hombre sin ambigüedades, y a Lili como una mujer sin ambigüedades. Einar no es un travesti sino que comienza a travestirse porque Gerda le pide que pose de manera femenina para su pintura. Además, Lili se presenta como una mujer para los hombres: no busca la feminidad en su cuerpo para disfrutarla ella misma, sino que busca que la feminidad sea leída e interpretada como tal a los ojos de los hombres que la rodean. En Man Into Woman, para Stone, Lili aparece descrita sobre todo en relación a su maquillaje y a sus vestidos. Además, se describe cómo Lili abraza la vulnerabilidad que supuestamente viene con la feminidad.




[1]    MtF es la forma abreviada para “Male to Female”, fórmula con la que se designa a las personas que han sido consideradas en su nacimiento como hombres y que pasan por el proceso hormonal y quirúrgico que les permite obtener un cuerpo considerado como femenino.
[2]    Véase: HIRSCHFELD, Sexuelle Zwischenstufen: Sexualpathologie, Bonn, A. Marcus & E. Weber, 1918l.
[3]    ALDRICH, Robert y WOTHERSPOON, Garry, Who's Who in Contemporary Gay and Lesbian History: From World War II to the Present Day, London: Routledge, 2001.
[4] STONE, Allucquére Rosanne, "The Empire Strikes Back: A Posttranssexual Manifesto", en The Transgender Studies Reader, STRYKER y WHITTLE (eds.), New York, Routledge, 2006.

1.7.12

El último verano de la Boyita

 
El último verano de la boyita (2009) es una película dirigida por Julia Solomonoff que trata el tema de la intersexualidad en la adolescencia temprana. Jorgelina es una niña que va a pasar las vacaciones al campo con su padre. Allí, entabla amistad con Mario, un niño que resultará ser diferente al resto de los chicos.

Había ya leído muy buenas críticas sobre El último verano de la boyita. Alejandro Modarelli habla de ella en el libro Un cuerpo, mil sexos (una de las pocas publicaciones en castellano sobre intersexualidades), en el artículo "El gozo de los raros eventos, la potencia del lenguaje: "diagnóstico" de intersexualidad en la cultura". Modarelli considera que El último verano de la boyita, al contrario que la película XXY (2007) y que el best seller Middlesex de Jeffrey Eugenides (2002), se aleja del discurso biomédico o normativizador, y de las reglas del mercado. Compara, en este sentido, esta película con el diario de Herculine Barbin que sacó a la luz Michel Foucault.

Sin embargo, sí que aparece la sombra y la amenaza del discurso médico sobre Mario. Su familia se despreocupó de su condición intersexual. Al ver que Mario estaba sano, no pensaron que tenían que llevarle al médico. El padre de Jorgelina, que es médico, insiste en que sí que tendrían que haber hecho pruebas a Mario, y se ofrece para iniciar ahora el proceso de tratamiento que Mario necesita. La identidad de Mario se medicaliza en este momento. Ya no es Mario, es un síndrome, un trastorno, un desorden. El doctor pretende llevarle a Buenos Aires, a elegir tratamiento. Al intervenir el médico en la vida de Mario su madre se angustia, su padre le agrede, Mario se escapa.

Sin embargo, a pesar de la despreocupación en torno al tema, hay extrañeza en el tratamiento que recibe. Desde el invierno, momento en el que comenzó a tener la regla, duerme aislado fuera de las dependencias de la casa. Los chicos del pueblo le tratan de forma extraña. 

Esta extrañeza sostenida explota en el momento en el que un médico aparece para decir que Mario tiene un problema. Si bien no se utiliza el discurso médico, con palabras pronunciadas, en la película, podemos ver sus efectos perniciosos sobre las relaciones interpersonales y sobre la identidad de la persona afectada. 

La parte masculina de la familia de Mario reacciona de forma violenta. Mario se escapa, y vuelve justo a tiempo para participar un torneo en el que tiene que probarse como hombre. ¿Por qué tiene que probar, pregunta Jorgelina, por si no le gusta?

Pasa la prueba, gana la carrera ante uno de los chicos que peor le trata, el más viril, el más mayor. ¿Qué pasará después? ¿Será suficiente para "probarse como hombre"? ¿Quiere Mario tener que probarse como hombre?

No sabemos qué pasará con Mario. Jorgelina se va, y es ella la única a la que Mario le ha contado él mismo su secreto. La reacción de Jorgelina tras escuchar lo que Mario le susurra al oído: "A mi abuela le salen bigotes. Igual me gustas así". A Jorgelina le da igual que Mario tenga pechos, que Mario menstrúe, le da igual todo lo que a su padre, el médico, le parecían motivos para iniciar un tratamiento. 

Tengo que volver a ver XXY para comparar la presencia de los discursos medicalizados en ambas películas. Pero ya puedo decir que en esta película me ha causado gran angustia la intervención del médico en la identidad de Mario y, si bien no sabemos los efectos que esta intervención tendrán en Mario, vista la reacción de su entorno familiar, no puedo augurar nada bueno.




 

27.6.12

Fausto-Sterling y los cinco sexos


En la cultura occidental existe la creencia profundamente arraigada de que hay sólo dos sexos. Incluso el lenguaje con el que hablamos no nos permite referirnos a personas que no sean ni mujer ni hombre. Pero esta obsesión sociocultural desafía la naturaleza. La biología nos muestra que hay muchas variaciones ente el sexo femenino y el masculino. Fausto-Sterling considera, en su artículo "The five sexes", que se pueden establecer, al menos, cinco sexos. Ella establece cinco, pero advierte al mismo tiempo de que el sexo es una instancia demasiado amplia, un continuo maleable que desafía la estrechez de incluso cinco categorías. La propia Fausto-Sterling advierte de que ninguna clasificación puede ni siquiera sugerir la variedad existente en la anatomía sexual humana.

Hermafrodita durmiendo, S. II D.C. 

Las cinco categorías de las que nos habla Fausto-Sterling son: mujeres, hombres, herms, merms y ferms. Mujeres y hombres son las dos categorías sexuales reconocidas en nuestras sociedades occidentales. Entre estas dos categorías, existe un continuo sexual en el que se encuentran todas los tipos de intersexualidades existentes. Fausto-Sterling clasifica estas intersexualidades en tres grupos diferenciados. Los herms son las personas que han sido clasificadas como hermafroditas verdaderos: personas que tienen tejido gonádico ovárico y testicular al mismo tiempo. Este tejido gonádico puede darse separada y bilateralmente (un ovario, un testículo), o puede darse al mismo tiempo en el mismo órgano, formando lo que se conoce como ovotestículo.


Merms y ferms corresponden a otros tipos de intersexualidad que no son consideradas como hermafroditismo verdadero: aquello que se ha llamado desde el siglo XIX pseudohermafroditismo. Las personas merm (hermafroditas masculinos) tienen testículos, cromosomas XY, no tienen ovarios, y poseen genitales feminizados, esto es, vagina y clítoris; en la pubertad, normalmente desarrollan pechos y no menstrúan. Las personas ferm (hermafroditas femeninos), por otra parte, tienen ovarios, cromosomas XX, y genitales exteriores masculinizados. Sin intervención médica, las personas ferm pueden desarrollar barba, voz profunda y penes de talla considerada como estándar.


En esta clasificación de Fausto-Sterling subyacen varias ideas: por un lado, mantiene la división ente hermafroditas verdaderos y pseudohermafroditas con un sexo verdadero escondido bajo una apariencia ambigua; por otra parte, centra la feminidad o masculinidad de las personas pseudohermafroditas en el tejido gonadal y en la configuración cromosómica. Para esta autora, son hermafroditas masculinos las personas que, a pesar de tener un aspecto totalmente femenino, poseen testículos y cromosomas XY. Al contrario, son hermafroditas femeninos las personas que tienen cromosomas XX y ovarios, aunque su aspecto exterior, incluso el de sus genitales externos, sea considerado como masculino.


Suzanne Kessler, en una carta que escribió a la revista
The Sciences para comentar el artículo de Fausto-Sterling “The five sexes”, critica la clasificación de las personas en cinco sexos. Considera que la propuesta de Fausto-Sterling continúa dándole una importancia excesiva a los genitales “naturales”, aunque abra esta naturalidad a cinco sexos y salga del binarismo. Kessler cree que ignora el hecho de que las atribuciones de género se hacen en nuestro día a día sin tener acceso a inspecciones genitales.

Del LaGrace Volcano, Jack Unveiled, 1994.

LA UTOPÍA DE FAUSTO-STERLING

En su artículo “The five sexes” Fausto-Sterling nos muestra cuál sería la situación que ella considera ideal para el libre desarrollo de las identidades de sexo, género y sexualidades. Fausto-sterling nos invita a pensar un mundo en el que la comunidad científica ya no utilizara su saber para crear disciplinas que corrigen la intersexualidad, sino para preservar la vida. En la utopía de Fausto-Sterling se daría la oportunidad de que diferentes posibilidades sexuales se desarrollaran sin coacciones. En un mundo así, las oposiciones binarias de sexo y género se disiparían, así como la heterosexualidad obligatoria, cabe añadir.

Para Fausto-Sterling, un primer paso para la consecución a largo plazo de su utopía es que las intersexualidades dejen de ser borradas de la vista de la sociedad e ignoradas por la clase médica. Los tratamientos hormonales y quirúrgicos permiten a las madres, a los padres y a la clase médica el pensar que la intersexualidad se ha eliminado del cuerpo de la persona intervenida. Por ello, las personas intersexuales, infantes o adultas, tienen que ser abiertamente intersexuales, para poder mostrar así a la sociedad que no sólo existen las dos posibilidades vitales impuestas por las normas de género. Ser abiertamente intersexual, por supuesto, no es nada fácil en un sistema binario. Todo, desde nuestro nacimiento, está configurado para estar en una u otra categoría, así que las dificultades que una persona intersexual puede encontrar desde su infancia son numerosas; sin embargo, Fausto-Sterling considera que, a largo plazo, se puede conseguir así una sociedad en la que la sexualidad y el sexo sean algo que se celebre y no algo que se ridiculice o se esconda con temor. Es la sociedad en su conjunto la que tiene que hacer un esfuerzo para abrir las categorías rígidas de sexo, género y sexualidades, y no las personas intersexuales las que tienen que forzar sus cuerpos e identidades a encajar en un esquema binario que no da cabida a sus intereses, deseos, placeres, formas de estar en el mundo.

4.4.12

Cuerpos genderqueer


Como tengo comprobado que una imagen, en muchas ocasiones, dice mucho más que mil palabras, aquí inauguro mi sección de fotografías transgresoras con las normas de género, sexo y sexualidad.

28.12.11

Stella Marrs

Hoy inauguro mis posts sobre Stella Marrs. Van a ser muchos, porque hay tanto que ver sobre esta mujer que me parece mal poner todas las imágenes apelotonadas en un pobre único post. 

Stella Marrs es una artista interdisciplinaria que se ocupa de temas de feminismo y medio ambiente, principalmente. A mí me encantan sobre todo sus postales, de las cuales voy a ir poniendo ejemplos. No hay mucho que explicar, sus imágenes y los mensajes cortos que superpone a ellas lo dicen todo.

La mujer media come entre 4 y 10 libras de pintalabios a lo largo de su vida.
El trabajo de una buena ciudadana es mantener la boca Abierta.
Esta máquina mata fascistas.

26.12.11

Cómo me encanta Barbara Kruger


Barbara Kruger es una artista conceptual norteamericana que utiliza la técnica del collage para enviar simples pero efectivos mensajes sobre religión, sexo, estereotipos de género y raza, consumismo, ciencia, poder, entre otros temas.  

Barbara Kruger concibe a las personas como construidas por fuerzas sociales que se entrelazan y penetran hasta lo más profundo de nuestros cuerpos. Para Kruger, el poder se inserta en los cuerpos a través de las imágenes, pues las relaciones sociales están mediadas por ellas. Los medios de comunicación de masas, a este respecto, realizan un papel fundamental en la configuración de los sujetos: sus mensajes mediatizados por imágenes quedan grabados en las subjetividades de las personas que las reciben.

Su obra quiere subvertir esos mensajes utilizando asimismo imágenes. Para ello, parte siempre de imágenes estereotipadas, reproducidas y no originales, que destruye superponiéndoles mensajes cortos y directos. Al utilizar imágenes no creadas por ella rompe con lo que se entiende por un típico proceso artístico. 

En You are not yourself se muestra esta forma de trabajo: se trata de una imagen tomada del cine, fragmentada, con un mensaje que nos recuerda la inconsistencia de un sujeto soberano. Otra obra que evidencia esta construcción problemática de los sujetos es Your body is a battleground, creada para defender el derecho al aborto en 1989.

Aquí os dejo algunas de mis imágenes preferidas de Barbara Kruger. Y aquí podéis encontrar muchísimas más. 

Tu mirada me golpea la cara, 1981
Hemos recibido órdenes de no movernos, 1982
El dinero puede comprar, amor, 1985
No necesitamos otrx heroína/héroe, 1985
Vuestras obsesiones se convierten en ciencia, 1981

Es un mundo pequeño, pero no si tienes que limpiarlo, 1990
Super ricx . Ultra guapx . Extra delgadx . Jóven para siempre, 1997.

10.12.11

Allen Jones y la crítica feminista a la historia del arte


Allen Jones es un escultor británico de la cultura pop, más conocido por su serie Chair, Table and Hat Stand (Silla, mesa y sombrerero) de 1969, en la que podemos observar representaciones de muebles hechos con mujeres con estética BDSM. 

Allen Jones ha sido el objeto de estudio de la crítica feminista a la historia del arte que comienza a fraguarse en los años 70. En 1973, Laura Mulvey (1941- ) publica “You don´t know what is happening, don´t you, M. Jones?”, artículo en el cual abre un camino para una crítica de arte cercana al feminismo. Con este artículo se inicia una fructífera relación, sobre todo para el contexto francés, entre feminismo y psicoanálisis, pues Mulvey utiliza el psicoanálisis para estudiar las obras de Allen Jones. Mulvey indica que, al presentar Jones ante nuestros ojos a estas mujeres-objeto, con estética cercana al sado-masoquismo, espectacularizadas, está mostrando su propio fetichismo y también el de la sociedad occidental. Jones nos está hablando de sus propias fantasías y, sobre todo, de sus propios miedos. Representa en realidad a un hombre asustado ante la mujer, que se aparece ante él como representación del miedo a la castración. 


En el artículo  "Allen Jones in Retrospect: A Serpentine Review", Lisa Tickner trata la representación de las mujeres y la sexualidad como un reflejo de los fenómenos sociales. Allen Jones representa mujeres a través de imágenes sexuales y, según Ticker, asocia a las mujeres con pasividad, disponibilidad, narcisismo, exhibicionismo y cualidades físicas, no mentales. 

7.12.11

Claude Cahun

La obra de Claude Cahun (1894-1954), fotógrafa de principios del siglo XX, versa sobre el original, la copia, las actuaciones auténticas y las farsas coercitivas. Fue redescubierta en los años noventa gracias a obras como Claude Cahun. L’écart et la métamorphose, de François Leperlier y exposiciones acompañadas de diversos catálogos en Francia y Estados Unidos, donde la recepción fue entusiasta. Su obra retomó y prolongó las discusiones iniciadas en la década de los ochenta sobre la originalidad de la obra de arte y de la construcción del sujeto. 

Claude Cahun, Autorretrato, 1928.
Podemos observar cómo se mueve en este ámbito en los usos del reflejo en el espejo que hace en sus autorretratos con ropas masculinas de 1928 y en los retratos de Suzanne Malherbé del mismo año, así como en el autorretrato de una Claude de dos cabezas en Que me veux tu? de 1928.

Que me veux tu? 1928

Además su redescubrimiento coincidió con en el momento en el que se quiere desterrar la idea monolítica de la diferencia sexual a favor de la multiplicidad de diferencias. Claude Cahun dedicó su arte, pero también su propia vida, a investigar las consecuencias para la propia vida de fingir la feminidad y la masculinidad (en su caso, además, siendo judía y lesbiana). Masculinidad y feminidad son juguetes para Cahun. En su autorretrato de 1927, luce una camiseta con el mensaje “I’m in training, don´t kiss me” y con unos pezones bordados. 


Su autorretrato de 1928 destroza las concepciones tradicionales de belleza femenina. Aparece con la cabeza afeitada, de espaldas, extremadamente andrógina, con su perfil aguileño recortado sobre el fondo negro: extremadamente ambigua, extremadamente bella, fuera de los estereotipos de belleza femenina. “Mezclar las pistas. ¿Masculino? ¿Femenino? Pero eso depende de los casos. Neutro es el único género al que me acoplo siempre. Si no existiese en nuestra lengua no se observaría ese flujo en mi pensamiento. Sería definitivamente la abeja obrera” (CAHUN, Aveux non avenus, Ed. Du Carrefour, Paris, 1939, p.176).



Al fingir en sus autorretratos tanto la masculinidad como la feminidad, propició uno de los debates más controvertidos en torno al placer sexual y a lo visual: muestra la dificultad de distinguir entre el deseo y la identificación.